Un día para disfrutar y abrir los ojos para aprender a descubrir los pequeños detalles (y los grandes, claro)
La primera parte de la ruta ha comenzado visitando los Zufreiros del Frade. Se trata de unos gigantes, que llevan viviendo mucho tiempo. Son
alcornoques gigantes. En la zona de El Bierzo, los alcornoques reciben
el nombre de zufreros, zufreiros, zofreros, etc. según la zona. Es un
nombre que está muy relacionado con el alcornoque ya que su nombre
científico es Quercus Suber.
La segunda parte hemos dado la vuelta al Lago de Carucedo, considerado como
humedal protegido, se encuentra al oeste de la comarca de El Bierzo.
Situado entre los pueblos de Carucedo y Lago de Carucedo. A
los pies de Las Médulas y originado por los lavados auríferos de las
mismas en el período de explotación romano.
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Cuenta la leyenda...que un joven general romano, de nombre Tito Carisio, se enamoró
perdidamente de Borenia, hija del jefe de la tribu astur llamado
Medulio, poseedor de una
inmnesa fortuna en oro. Medulio había conseguido hasta el momento
mantener controladas todas las legiones romanas hasta que llegó un día,
en el que Tito Carisio se impacientó de tal manera, que
juró derrotar a los astures a la par que conseguiría el amor de
Borenia y la fortuna en oro de su padre.
Ante la amenaza de ataque romano, Borenia se escondió en un
bosque cercano por orden de su padre hasta que la batalla
terminara. Durante la batalla se desató una
terrible tormenta; un fuerte rayo cayó hiriendo de muerte a Medulio e
impactó de rebote contra el cofre donde guardaba todo el oro,
haciéndolo estallar y lanzando millones de pepitas doradas
contra la montaña. Se formaron así Las Médulas.
Finalizada la batalla, Tito Carisio encuentra a Borenia en su
escondite. La convence para que salga de él diciendo que habían firmando
la paz y que su padre consentía ahora su unión.
Borenia lo cree y accede a los deseos de Carisio de acompañarlo
hasta el campamento.
A la mañana siguiente, Borenia regresó a su pueblo y lo encontró
esclavizado. Los romanos habían ganado la batalla. Además su querido
padre había muerto.
Fue entonces cuando comenzó a llorar desesperadamente con tal
magnitud, que sus propias lágrimas formaron un río, que la arrastró
hasta el fondo de las aguas de un lago que se
formó. Hoy en día se llama Lago de Carucedo.